Casa de arena y paja

15.00

Comencé a escribir Casa de arena y paja para mí, como una manera de canalizar un dolor que ya no tenía cabida en mi cuerpo. Sumergida en una profunda depresión, cada poema que liberaba me hacía sentir más ligera. Las imágenes que me fue devolviendo este espejo de tinta me permitieron validar mi pasado, mi presente y mis anhelos, poner nombre a algunos fantasmas, así como pintar un cuadro con la maraña de sentimientos que desde hacía años me estaban arrebatando el aire.

El dolor corporal y el agotamiento protagonizan e impregnan gran parte de los poemas. Dicen que el Síndrome de Ehlers Danlos, la Fibromialgia y la Encefalomielitis Miálgica son patologías invisibles, pero la poesía tiene el poder de mostrar lo que ocurre bajo el alma y más allá de la piel.

En la partitura de versos que conforman mi historia se alternan notas de poesía tintadas de tristeza, desamparo, de soledad…, pero también de esperanza, cariño, ilusión y aceptación.

Lo que empezó como algo íntimo, fue cincelándose a sí mismo hasta ser lo que es hoy, un testimonio en el que dejo ver lo que se esconde detrás de mi pecho y cómo mi vida dio un giro tan solo en lo que tarda en volver el otoño. En esa breve vuelta de tiempo logré obtener un diagnóstico que puso fin a años de búsqueda e incomprensión, me divorcié y descubrí que existe la posibilidad de un amor cálido, real y compañero. Ese amor fue capaz de encontrarme, de calentar mis manos heladas y de echar raíces en una tierra que ya creía yerma.

Categoría:

Descripción

Autor:  Bárbara Sánchez Temiño

Año: 2024

Editorial: Postdata Ediciones

Sinopsis:

Comencé a escribir Casa de arena y paja para mí, como una manera de canalizar un dolor que ya no tenía cabida en mi cuerpo. Sumergida en una profunda depresión, cada poema que liberaba me hacía sentir más ligera. Las imágenes que me fue devolviendo este espejo de tinta me permitieron validar mi pasado, mi presente y mis anhelos, poner nombre a algunos fantasmas, así como pintar un cuadro con la maraña de sentimientos que desde hacía años me estaban arrebatando el aire.

El dolor corporal y el agotamiento protagonizan e impregnan gran parte de los poemas. Dicen que el Síndrome de Ehlers Danlos, la Fibromialgia y la Encefalomielitis Miálgica son patologías invisibles, pero la poesía tiene el poder de mostrar lo que ocurre bajo el alma y más allá de la piel.

En la partitura de versos que conforman mi historia se alternan notas de poesía tintadas de tristeza, desamparo, de soledad…, pero también de esperanza, cariño, ilusión y aceptación.

Lo que empezó como algo íntimo, fue cincelándose a sí mismo hasta ser lo que es hoy, un testimonio en el que dejo ver lo que se esconde detrás de mi pecho y cómo mi vida dio un giro tan solo en lo que tarda en volver el otoño. En esa breve vuelta de tiempo logré obtener un diagnóstico que puso fin a años de búsqueda e incomprensión, me divorcié y descubrí que existe la posibilidad de un amor cálido, real y compañero. Ese amor fue capaz de encontrarme, de calentar mis manos heladas y de echar raíces en una tierra que ya creía yerma.

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